Cerca de 70.000 ciudadanos, encabezados por unos 30.000 monjes budistas, han tomado de nuevo las calles de en Yangon a pesar de la amenaza de la Junta Militar de Birmania (rebautizada como Myanmar) de poner fin por la fuerza a las protestas callejeras que han alentado llamamientos a favor de la democratización del país. De hecho, la Junta ha desplegado tropas y policías armados con rifles en el centro de la capital.
A su paso pacífico por las calles del centro de Yangon (antigua Rangún), los manifestantes gritaban "democracia, democracia", mientras eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios, han indicado testigos a las emisoras de radio.
Lo que surgió el 19 de agosto como manifestaciones políticas organizadas por la LND y la Generación de Estudiante del 88, se transformó en septiembre en marchas pacíficas de monjes budistas, después de que varios bonzos fuesen golpeados y maltratados por la policía en una protesta. Miembros de la LND instaron ayer a los funcionarios y a los soldados a unirse a los manifestantes para democratizar Birmania y liberarla del yugo de los militares.
A su paso pacífico por las calles del centro de Yangon (antigua Rangún), los manifestantes gritaban "democracia, democracia", mientras eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios, han indicado testigos a las emisoras de radio.
Lo que surgió el 19 de agosto como manifestaciones políticas organizadas por la LND y la Generación de Estudiante del 88, se transformó en septiembre en marchas pacíficas de monjes budistas, después de que varios bonzos fuesen golpeados y maltratados por la policía en una protesta. Miembros de la LND instaron ayer a los funcionarios y a los soldados a unirse a los manifestantes para democratizar Birmania y liberarla del yugo de los militares.
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